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El trabajo asíncrono le gana por mucho al trabajo duro

Creo que el trabajo asíncrono puede ser la clave para tener éxito en el 2023.

El éxito, independientemente de lo que signifique para cada quien, se consigue con el principio fundamental de identificar lo que funciona y lo que no, para luego hacer más de lo que funciona, y menos de lo que no.

El debate canónico entre líderes es sobre qué filosofía deberían impulsar en sus equipos para alcanzarlo: el trabajo duro, o el trabajo inteligente. Las personas que defienden cada punto piensan haber logrado encontrar la respuesta. Hay que trabajar más duro, y no tan inteligentemente — o al revés.

Incontables horas se han invertido en intentar encontrar el balance perfecto entre trabajar duro e inteligentemente. No te podría decir si se ha llegado a algo sustancial en esas discusiones, porque parece ser que la conclusión intelectualmente estimulante es que deberías de trabajar inteligente y duro al mismo tiempo.

Mi postura es que hay que ser lo suficientemente inteligente para identificar en qué trabajar duro. Y la filosofía de trabajo que te permite hacer eso, es el trabajo asíncrono.

Déjame explicarte. Vamos por partes.

Trabajo duro vs. inteligente

Analicemos la versión más polarizada de cada parte del argumento.

El que propone trabajar duro sugiere que el valor de la recompensa al final del camino es directamente proporcional al esfuerzo que costó conseguirla. Esta mentalidad te dice que mientras más tiempo y esfuerzo le inviertas a algo, mejor será el resultado. Y que si estás tomando atajos para conseguir tu objetivo, significa que no lo quieres tanto, ergo, no lo mereces. Sigue estrategias de productividad tradicionales y rudimentarias. Desvelos, estrés, sangre, sudor y lágrimas. El trabajador duro se siente orgulloso del sacrificio personal que significa conseguir su objetivo.

El que recomienda trabajar de manera inteligente busca atajos y la menor fricción posible. “El fin justifica los medios” es su frase favorita, y hará hasta lo imposible por ahorrarse tiempo, dinero y esfuerzo en virtud de obtener un resultado positivo. Encontrará fallas en los sistemas que le den una ventaja sobre sus competidores, y si resolver un problema no es cuestión de vida o muerte, no buscará la manera de hacerlo hasta que lo sea. El trabajador inteligente se siente orgulloso de haber logrado resultados adecuados por una fracción del esfuerzo que otros le invirtieron al mismo problema.

En ambos extremos de este espectro, los objetivos se cumplen y se llega al éxito.

El problema, y la razón por la que estos extremos son malos, es que ninguno de estos modelos de trabajo es sostenible a largo plazo en el contexto de un equipo u organización.

El trabajo duro termina por quemar a las personas. Las jornadas de trabajo son enloquecedoras, con horas interminables y retos imposibles, justificados por una cultura de sacrificio. Aquellas personas que forman parte de una cultura que glorifica el trabajo duro dejan de preocuparse por su bienestar y el de sus familias, y de alguna manera internalizan que cualquier cosa que valga la pena merece trabajo extenuante.

El trabajo inteligente, en su versión más extrema, produce soluciones frágiles e insostenibles. Estas soluciones, si bien cumplieron con objetivos puntuales, generan deuda técnica y organizacional, porque al estar construidas atajo sobre atajo, cambiar de dirección es cada vez más costoso y complicado. Además, una cultura en la que el fin justifica los medios, invita a sus integrantes a no buscar más allá de las soluciones rápidas y fáciles (“inteligentes”). Hace que las personas dejen de pensar de manera crítica, irónicamente.

Imagen usualmente usada para representar la diferencia entre trabajo duro y trabajo inteligente.

Los aspectos negativos de los extremos en este debate están representados en la imagen al inicio de esta sección.

Esta imagen, irónicamente, intenta comunicar los beneficios del trabajo inteligente. Pero analiza: los que empujan los cubos están trabajando obviamente de más, mientras que el que decidió esculpir una esfera tiene una tarea mucho más sencilla.

Observa cómo ninguno de los dos extremos resuelve el problema real: llevar un cubo de izquierda a derecha de la manera más eficiente posible. Los que trabajan duro llegaron tarde, cansados y probablemente no van a querer hacerlo de nuevo, mientras que el otro llegó con una esfera.

Cualquier extremo de esta discusión termina siendo perjudicial para la organización una vez aplicado. Es aquí donde debemos de buscar un punto medio que nos permita encontrar un balance entre el trabajo duro y el trabajo inteligente. Una manera de trabajar que nos permita tomar los mejores aspectos de los extremos y usarlos de una manera sana, que produzca resultados y que no cueste el bienestar de los miembros del equipo.

Ese punto medio es el trabajo asíncrono.

El trabajo asíncrono

Trabajar de manera asíncrona, en esencia, significa que cada miembro de la organización puede moverse de manera independiente, convergiendo en tiempo/espacio con otros solo en situaciones absolutamente necesarias.

Cuando se trabaja de manera asíncrona, los miembros de un equipo tienen el sentido de agencia necesario para tomar decisiones y hacerse responsables de sus consecuencias. Cuentan con la confianza de sus líderes, pues los objetivos son claros y los problemas a resolver tienen sustento. Trabajan en público, y son transparentes con sus procesos de deliberación. Sus mensajes son claros y asertivos, y no están atados a un horario de disponibilidad definido.

Valoran el resultado de su esfuerzo, no la magnitud del mismo.

Si el principio para alcanzar el éxito es hacer más de lo que funciona, y menos de lo que no, ¿cómo sabes cuál parte del proceso está funcionado y cuál no, si no tienes más que información anecdótica sobre ello? Al contrario de los modelos de trabajo síncronos, donde los problemas se resuelven en privado, a través de medios efímeros y con opacidad, el trabajo asíncrono deja una estela de información que puede ser utilizada para analizar y mejorar el proceso de toma de decisiones de la organización.

Hay que ser lo suficientemente inteligente para identificar en qué trabajar duro. Y el trabajo asíncrono ofrece un balance sostenible entre ambos mundos.

Trabajar de manera asíncrona puede ser considerado trabajo duro porque te reta a ser consciente de tus pensamientos y a estructurarlos para poder escribir ideas coherentes. Requiere que crees los sistemas de información necesarios en tu organización para poder delegar la toma de decisiones. Te obliga a confiar en tu equipo y a ser responsable de tu comportamiento y disciplina.

Trabajar de manera asíncrona también es trabajar inteligente porque estás haciendo que los miembros de tu equipo cuenten con la autonomía para tomar decisiones, incrementando su sentimiento de satisfacción y felicidad. ¿Sabes qué producen las personas satisfechas y felices? Buenos resultados. Eso es inteligente. Además, al trabajar de manera asíncrona, los miembros del equipo tendrán el tiempo y espacio necesario para ejercitar su creatividad y solucionar problemas de una manera más fundamental.

Trabajar duro en ser un mejor líder, y al mismo tiempo inteligente por fomentar una cultura laboral sana y que respete a las personas que se desarrollan en ella. No suena mal.

Conclusión

La decisión de trabajar duro o trabajar inteligente, a final de cuentas, termina siendo responsabilidad de cada quien.

Si tú, como líder, en tu organización fomentas una cultura de trabajo duro, hazlo con la conciencia de que las personas que trabajan contigo eventualmente van a cansarse y se van a ir.

Si, por el contrario, fomentas una cultura de trabajo “inteligente”, date cuenta de que probablemente estás creando una organización que produce soluciones frágiles y costosas.

Pero si fomentas una cultura de trabajo asíncrono, estarás asumiendo tu responsabilidad como líder de equipo. Crecerás personal y profesionalmente, mientras generas un ambiente de confianza, autonomía y responsabilidad compartida con tu equipo. Uno donde las personas se sentirán parte de una organización que respeta su tiempo, esfuerzo y pericia.

Así que, entre decidir trabajar duro o inteligente, recuerda que hay que ser lo suficientemente inteligente para identificar en qué trabajar duro.

Cómo usar Google Calendar para evitar distraerte

En los equipos de ingeniería con los que trabajo, les pido a mis colaboradores que por favor bloqueen su calendario — que lo segmenten y organicen para poder saber cuándo es apropiado invitarlos a una llamada con la confianza de que no estaré interrumpiendo una racha de productividad.

Por alguna razón se me había pasado que se había agregado una nueva opción a Google Calendar. Un nuevo tipo de evento, que en español se llama “Enfocar horario” que te permite rechazar automáticamente eventos a los que te inviten durante ese periodo de tiempo.

Antes de que Google Calendar activara esta opción, crear un evento para segmentar tu tiempo productivo no era tan efectivo porque hay algunas personas que aún no están acostumbradas a la realidad del trabajo remoto y la comunicación asíncrona. La cantidad de veces que alguien me invita a una llamada sin verificar primero que ese espacio esté libre en mi calendario es impresionante. Esto lleva a un espiral de tener que contestar manualmente, buscar otro horario, etc.

Previo a este cambio, la única manera de proteger tu tiempo en el calendario de manera automática (y real), era crear un evento de “fuera de la oficina”. Pero es claramente el mensaje equivocado. Ahora, con un evento de “Enfocar horario”, el mensaje es mucho más certero y claro: este tiempo lo estoy reservando para algo importante que necesita de mi completa atención, por favor respétalo.

Poco a poco nos estamos haciendo más conscientes de que no todos funcionamos en el mismo horario, que no todos tenemos las mismas horas productivas. Pero aún hay mucho por hacer — sobre todo en organizaciones grandes. Este es un paso en la dirección correcta, creo.

La documentación de este nuevo tipo de evento está disponible aquí.

Portugal hace ilegal que tu jefe te contacte fuera de horario laboral

Tom Bateman, reportando para euronews.com:

Bajo las nuevas reglas, los empleadores podrían enfrentar penalizaciones legales si contactan a sus trabajadores fuera de horarios de oficina. Las compañías también deberán de ayudar a pagar gastos originados por le trabajo remoto, como facturas eléctricas y de servicio de agua.

Pero las reglas tienen límites: no aplicarán a compañías de menos de diez empleados.

Progreso es progreso.

Las nuevas leyes dictan multas para quienes contacten a sus empleados fuera de horarios laborales. Además de que se prohíbe que se monitoreen las actividades de las personas mientras trabajan desde casa.

Si el bienestar de sus empleados, y la división sana entre vida y trabajo no es tan importante como para que algunos empleadores se organicen mejor, tal vez consecuencias legales les haga cambiar de opinión.

 

Trabajo remoto: encuentra uno antes de que sea demasiado tarde

Deberías de buscar trabajar de manera remota tan pronto como puedas en tu carrera.

Muchos piensan que para trabajar de manera remota necesitas estar en el pináculo de tu carrera. Que la progresión es Jr., Mid., Sr., trabajo remoto. Pero la realidad es que para trabajar de manera remota se necesitan más soft skills que conocimientos técnicos. Te lo dice alguien que nunca ha trabajado en una oficina en toda su vida.

Trabajar de manera remota no solamente es atractivo porque (probablemente) te pagarán en una moneda extranjera. Aunque sea bastante relevante para tu calidad de vida, hay algo mucho más profundo a lo que me gustaría que le prestaras atención: trabajar de manera remota es un ejercicio de paciencia, tolerancia y humildad. Tendrás la oportunidad de trabajar con personas de todo el mundo, con pasados completamente diferentes al tuyo, motivaciones diametralmente opuestas y habilidades que ni siquiera podrías haber imaginado que se podrían obtener.

Al trabajar de manera remota te expondrás a otras maneras de resolver problemas. Ideologías de trabajo que tal vez no hagan sentido para ti; principios y valores que harán cuestionarte si estás haciendo lo suficiente.

Es por eso que es tan importante que tengas esta experiencia tan pronto como puedas en tu carrera. Porque así no tendrás un marco de referencia de “la forma correcta” de hacer las cosas. Estarás menos viciado, y será mucho más fácil adaptarte al cambio sin juzgar el proceso. Desarrollarás habilidades que te ayudarán a ser mucho más eficiente, productivo y tolerante. Y más que una tecnología o lenguaje de programación, la base de tu carrera será tu tolerancia, eficiencia, adaptabilidad y compasión.

Como dice Seth Godin, la tolerancia crea resiliencia en los humanos. Tolerancia a diferentes habilidades y preferencias nos ayuda a trabajar con diversidad de pensamiento, técnica y experiencia. La combinación de estos factores produce mejores resultados al final del día.

Así que no, no te esperes a ser el mejor en cierta tecnología para buscar un trabajo remoto. Exponte al reto.

Gana perspectiva antes de que encuentres una “forma correcta de hacer las cosas” que funcione únicamente en tu burbuja.