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Reactancia: así se llama lo que sientes cuando te hacen micromanagement

Es probable que hayas experimentado una reacción emocional particular, aunque tal vez no sepas cómo se llama. Se llama reactancia, y es una reacción emocional que ocurre cuando sientes que tu libertad está siendo amenazada.

La reactancia puede surgir en una variedad de contextos, pero en el mundo de la ingeniería de software, aparece cuando alguien en una posición de autoridad, como tu manager o líder de equipo, te dice exactamente cómo hacer tu trabajo. En nuestra industria, a esta práctica se le conoce coloquialmente como micromanagement. Seguramente habrás escuchado el término.

Imagina que estás trabajando en un proyecto de software complejo. Has estado trabajando en él durante semanas, y has desarrollado un plan sólido para su implementación. Pero entonces, tu gerente, sin previo aviso, te dice que cambies tu enfoque y sigas un camino diferente sin una razón aparente. En lugar de considerar sus sugerencias de forma templada, sientes una ola de resistencia, frustración, o hasta enojo. Esto es la reactancia en acción.

La reactancia es una respuesta natural a la amenaza percibida a nuestra autonomía. Como ingenieros de software, valoramos nuestra habilidad para resolver problemas y diseñar soluciones. Cuando alguien intenta imponer su camino, puede sentirse como una invasión a nuestra libertad para innovar y crear.

De forma práctica, la reactancia se puede manifestar de diferentes maneras. Comúnmente, si estás experimentando reactancia, puede que sientas una fuerte resistencia a acatar las instrucciones y te sientas frustrado o hasta enojado. Puede también que comiences a procrastinar y dejar que el trabajo se apile. En casos extremos, la reactancia se puede manifestar como rebeldía, al sentirte obligado a hacer exactamente lo opuesto que te dijeron.

Es importante recordar que todos experimentamos esta reacción emocional de manera diferente. Al ser consciente de cómo se manifiesta en ti, puedes aprender a manejarla de manera más efectiva.

Entonces, ¿cómo puedes manejar la reactancia?

  • 1. Reconoce tus emociones: Primero, tienes que ser consciente de que estás experimentando reactancia. Si te sientes frustrado o resistente después de recibir instrucciones, es posible que estés experimentando este fenómeno.
  • 2. Comprende la intención: A veces, las personas que nos dan instrucciones tienen buenas intenciones. Intenta entender por qué te las están dando. ¿Tienen experiencia que tú no tienes? ¿Están tratando de evitar un problema que han visto antes?
  • 3. Comunícate abierta y honestamente: Si sientes que tu libertad está siendo amenazada, habla con la persona que te está dando instrucciones. Explica cómo te sientes y propón alternativas que te permitan mantener tu autonomía. Recuerda que tú también puedes dar feedback a tus líderes. Si sientes lo contrario, analiza si es momento de cambiar de ambiente de trabajo.

Si lo ves de esta manera, el estar consciente de la existencia de, y saber cómo manejar la reactancia es una cualidad importantísima en un desarrollador de software senior. Significa que son capaces de prevenir conflictos innecesarios, facilitar la implementación de nuevas ideas y mantener un alto nivel de motivación tanto en ellos mismos como en su equipo.

En resumen, la reactancia es una reacción emocional que todos hemos experimentado, especialmente cuando sentimos que nuestra libertad está siendo amenazada. En el ámbito de la ingeniería de software, esta amenaza puede presentarse cuando alguien en una posición de autoridad, como un gerente, nos dice exactamente cómo hacer nuestro trabajo, un fenómeno conocido como micromanagement. La reactancia puede manifestarse de varias formas, desde resistencia y frustración hasta procrastinación y rebeldía. Sin embargo, al reconocer estas emociones, comprender las intenciones detrás de las instrucciones que recibimos y comunicarnos de manera abierta y honesta, podemos manejar efectivamente la reactancia.

Para un desarrollador de software, la capacidad de manejar la reactancia puede prevenir conflictos innecesarios, facilitar la implementación de nuevas ideas y mantener un alto nivel de motivación, tanto personalmente como dentro del equipo. Por lo tanto, entender y manejar la reactancia no solo te permitirá recuperar u sentido de autonomía, sino que también te equipa con las herramientas necesarias para prosperar en tu campo.

Inteligencia emocional para desarrolladores

Gran parte del tiempo de mi día se lo dedico a ayudar a desbloquear a otras personas. Te sorprendería cuántos problemas tienen un origen emocional.

Una de las habilidades que he desarrollado y más me ha servido es la de encontrar formas de comunicar conceptos complejos de maneras que hagan sentido para la otra persona. Cada una de las personas con las que hablo es diferente, y a cada quién le “caen mejor” ciertas ideas de una forma que de otra. Lo que he encontrado, independientemente de la situación, es que una analogía bien aplicada hace que se pueda asimilar mucho mejor un concepto.

Así que justamente esto te vengo a ofrecer el día de hoy: una analogía para ayudarte a entender, de una vez por todas, lo que es la salud emocional, y por qué es importante que inviertas esfuerzo en ella.

Las emociones son como un océano. Los sentimientos son las corrientes que recorren ese océano.

Así como el océano, tu repertorio de emociones está siempre en flujo, cambiante y en constante movimiento. El equivalente a tener un problema en tu vida es un huracán o una depresión tropical de esas que nadie ve, pero tiene efectos reales en las costas.

Podríamos decir que cada una de las emociones que puedes tener en tu vida representa una masa de agua. Las corrientes marítimas son ocasionadas, entre otras cosas, por cambios en la densidad entre masas de agua (causadas por diferencias en la salinidad o temperatura). Una corriente oceánica es un sentimiento en esta analogía. Al igual que las corrientes, los sentimientos pueden variar de intensidad, profundidad y duración.

Hay algunos sentimientos que duran toda la vida. Hay otros que desaparecen a los pocos minutos de haberse creado. Unos son lo suficientemente fuertes para arrastrar flotillas de barcos completas, mientras que otros simplemente te sacan un susto en la playa.

Las corrientes no pueden existir sin el océano, y el océano no podría albergar vida sin las corrientes. Y nuestros sentimientos tienen un origen, así como nuestras emociones necesitan ser expresadas. Y tal como los océanos y las corrientes, los sentimientos y las emociones son simplemente un hecho de nuestra existencia. No podemos ignorarlos, y tenemos que cuidarlos o sufrir las consecuencias.

Las emociones, al igual que los océanos, pueden navegarse, estudiarse, nutrirse, ensuciarse, limpiarse y moverse. Y si de navegar de una masa de agua a otra se trata, tal como los grandes navíos que atraviesan el mundo de polo a polo, podemos usar los sentimientos para impulsarnos de una emoción a otra.

Finalmente, así como sería arriesgado intentar navegar un océano sin un mapa (satelital o celestial), lo mismo sucede con las emociones. Si intentamos vivir nuestra vida sin conocerlas, entenderlas, estudiarlas y nutrirlas, nos encontraremos en situaciones complicadas, difíciles de navegar y probablemente fatales. Ir a terapia es un buen precursor para comenzar a desarrollar estos mapas emocionales.

La inteligencia emocional no se trata de domar o reprimir las emociones, más de lo que ser un buen navegante se trata de calmar el mar cuando se pone duro.

Ser inteligente emocionalmente se trata de identificar cuando es mejor momento de navegar ciertas emociones, y reconocer lo que necesitarás para que no te hundan. Así como un capitán experto sabrá cuándo usar las corrientes para navegar el océano de manera más sencilla, tú aprenderás a usar tus sentimientos a tu favor, llevándote de una emoción a otra.

Si eres una de esas personas que necesitan ejemplos y lógica para entender conceptos foráneos, espero que esta analogía te ayude a comprender la importancia de invertir en tu salud emocional. Es importante.

Ve a terapia.

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