Archivo de la etiqueta: comunicación

Cómo crecer tu carrera en software de manera responsable

En el mundo del desarrollo de software, muchas veces nos centramos en la tecnología y en aprender nuevos lenguajes de programación o herramientas.

Sin embargo, hay un aspecto que suele pasar desapercibido: la agencia que cada desarrollador tiene sobre su carrera profesional. En este artículo, exploraremos la importancia de tomar las riendas de nuestro propio crecimiento y éxito.

Elegir dónde y con quién trabajar: un aspecto clave

Es común que los desarrolladores pongan mucho énfasis en la tecnología con la que trabajarán, pero elegir dónde y con quién trabajar es igual o más importante. Un ambiente laboral tóxico o poco estimulante puede frenar nuestro desarrollo profesional, además de afectar nuestra calidad de vida y salud mental. Por ello, es crucial investigar y seleccionar cuidadosamente las empresas y equipos con los que colaboraremos, asegurándonos de que compartan nuestros valores y objetivos.

Sí, está bien que una de tus metas sea trabajar con la tecnología de moda — llámese Elixir, Clojure, o TypeScript. Pero toma en cuenta que toda la tecnología es una ola, nada más. Se va a ir, y mañana habrá algo nuevo que será la sensación.

¿Sabes qué es lo que no se va tan fácil? El daño de sufrir burnout por haber trabajado en una empresa sin visión clara, con comunicación horrible, y con liderazgo tóxico.

No te quemes de a gratis.

El éxito es encontrar un camino hacia delante

Todos enfrentamos obstáculos y desafíos en nuestra carrera profesional. El éxito no se trata de tener un camino perfecto y libre de problemas, sino de nuestra habilidad para encontrar soluciones y avanzar entre las opciones que realmente tenemos a nuestro alcance.

Ser resilientes y adaptarnos a las circunstancias nos permitirá seguir creciendo a pesar de las dificultades.

Las habilidades blandas: el secreto para crecer profesionalmente

Es fácil caer en la trampa de pensar que, como desarrolladores, solo necesitamos mejorar nuestras habilidades técnicas. Pero las habilidades blandas, como la comunicación, el trabajo en equipo y la empatía, son extremadamente importantes para nuestro crecimiento profesional. Estas competencias nos permiten colaborar eficazmente con nuestros colegas, resolver conflictos y generar soluciones creativas a los problemas que enfrentamos.

Aparte, toma en cuenta que cada día que pasa, si lo único que sabes es programar, tu carrera está en más riesgo.

Impacto vs. conocimiento: crecimiento exponencial

Medir nuestro progreso solamente en función de cuánto sabemos puede hacernos crecer de manera lineal, es decir, mejorar poco a poco en nuestras habilidades técnicas sin realmente avanzar en nuestra capacidad para resolver problemas reales y generar valor. Sin embargo, si nos enfocamos en buscar tener un mayor impacto en nuestro trabajo y en la comunidad, nuestro crecimiento será exponencial. Colaborar en proyectos de código abierto, compartir nuestro conocimiento con otros y contribuir al desarrollo de nuevas soluciones nos ayudará a aumentar nuestra influencia y a expandir nuestras oportunidades profesionales.

La responsabilidad es tuya

La responsabilidad de crecer en la carrera de desarrollo de software va más allá de aprender nuevas tecnologías y herramientas. Debemos elegir cuidadosamente dónde y con quién trabajamos, ser resilientes ante los desafíos, desarrollar nuestras habilidades blandas y buscar tener un mayor impacto en nuestro entorno. Al tomar las riendas de nuestra carrera profesional, no solo mejoraremos como desarrolladores, sino que también contribuiremos al crecimiento de nuestra comunidad y de la industria en su conjunto.

Demuestra por qué no se debería de implementar la propuesta

Subhro Saha comparte en su blog la siguiente idea: cuando muestres una propuesta para hacer algo nuevo, asegúrate de incluir el por qué no se debería de implementar en primer lugar.

El argumento es que al enfocarte únicamente en lo que podría salir bien, y los beneficios que podría traer la implementación de tu idea, te estás cegando a lo que podría salir mal. Al hacer el ejercicio de complementar tu propuesta con algún argumento de por qué lo que estás proponiendo sería una mala idea, tu propuesta se vuelve mucho más completa.

Subhro comenta:

El objetivo debería de ser presentar el argumento de “hombre de acero” — eso es, presentar las razones más interesantes del por qué no se debería de hacer algo.

En mis equipos de ingeniería promuevo crear RFCs para coordinarnos y definir el panorama de los proyectos en los que trabajamos. Una de las secciones más importantes del RFC para mí es la de “Implicaciones y puntos ciegos” de la propuesta. En esta sección, la tarea del autor es listar los efectos secundarios y cambios necesarios que deberían de ocurrir en la organización una vez que los cambios sean introducidos, así como cualquier punto ciego del que se tenga consciencia.

En el pasado, es justamente en esta sección donde nos hemos dado cuenta de que no solamente deberíamos implementar la solución propuesta, sino que deberíamos hacerlo rápido.

Tu tarea: procura complementar tus propuestas con argumentos en contra de ellas. Aunque suene contraproducente, hacer esto te ayudará a hacer propuestas más completas y con menos puntos ciegos y efectos secundarios indeseados.

El trabajo asíncrono le gana por mucho al trabajo duro

Creo que el trabajo asíncrono puede ser la clave para tener éxito en el 2023.

El éxito, independientemente de lo que signifique para cada quien, se consigue con el principio fundamental de identificar lo que funciona y lo que no, para luego hacer más de lo que funciona, y menos de lo que no.

El debate canónico entre líderes es sobre qué filosofía deberían impulsar en sus equipos para alcanzarlo: el trabajo duro, o el trabajo inteligente. Las personas que defienden cada punto piensan haber logrado encontrar la respuesta. Hay que trabajar más duro, y no tan inteligentemente — o al revés.

Incontables horas se han invertido en intentar encontrar el balance perfecto entre trabajar duro e inteligentemente. No te podría decir si se ha llegado a algo sustancial en esas discusiones, porque parece ser que la conclusión intelectualmente estimulante es que deberías de trabajar inteligente y duro al mismo tiempo.

Mi postura es que hay que ser lo suficientemente inteligente para identificar en qué trabajar duro. Y la filosofía de trabajo que te permite hacer eso, es el trabajo asíncrono.

Déjame explicarte. Vamos por partes.

Trabajo duro vs. inteligente

Analicemos la versión más polarizada de cada parte del argumento.

El que propone trabajar duro sugiere que el valor de la recompensa al final del camino es directamente proporcional al esfuerzo que costó conseguirla. Esta mentalidad te dice que mientras más tiempo y esfuerzo le inviertas a algo, mejor será el resultado. Y que si estás tomando atajos para conseguir tu objetivo, significa que no lo quieres tanto, ergo, no lo mereces. Sigue estrategias de productividad tradicionales y rudimentarias. Desvelos, estrés, sangre, sudor y lágrimas. El trabajador duro se siente orgulloso del sacrificio personal que significa conseguir su objetivo.

El que recomienda trabajar de manera inteligente busca atajos y la menor fricción posible. “El fin justifica los medios” es su frase favorita, y hará hasta lo imposible por ahorrarse tiempo, dinero y esfuerzo en virtud de obtener un resultado positivo. Encontrará fallas en los sistemas que le den una ventaja sobre sus competidores, y si resolver un problema no es cuestión de vida o muerte, no buscará la manera de hacerlo hasta que lo sea. El trabajador inteligente se siente orgulloso de haber logrado resultados adecuados por una fracción del esfuerzo que otros le invirtieron al mismo problema.

En ambos extremos de este espectro, los objetivos se cumplen y se llega al éxito.

El problema, y la razón por la que estos extremos son malos, es que ninguno de estos modelos de trabajo es sostenible a largo plazo en el contexto de un equipo u organización.

El trabajo duro termina por quemar a las personas. Las jornadas de trabajo son enloquecedoras, con horas interminables y retos imposibles, justificados por una cultura de sacrificio. Aquellas personas que forman parte de una cultura que glorifica el trabajo duro dejan de preocuparse por su bienestar y el de sus familias, y de alguna manera internalizan que cualquier cosa que valga la pena merece trabajo extenuante.

El trabajo inteligente, en su versión más extrema, produce soluciones frágiles e insostenibles. Estas soluciones, si bien cumplieron con objetivos puntuales, generan deuda técnica y organizacional, porque al estar construidas atajo sobre atajo, cambiar de dirección es cada vez más costoso y complicado. Además, una cultura en la que el fin justifica los medios, invita a sus integrantes a no buscar más allá de las soluciones rápidas y fáciles (“inteligentes”). Hace que las personas dejen de pensar de manera crítica, irónicamente.

Imagen usualmente usada para representar la diferencia entre trabajo duro y trabajo inteligente.

Los aspectos negativos de los extremos en este debate están representados en la imagen al inicio de esta sección.

Esta imagen, irónicamente, intenta comunicar los beneficios del trabajo inteligente. Pero analiza: los que empujan los cubos están trabajando obviamente de más, mientras que el que decidió esculpir una esfera tiene una tarea mucho más sencilla.

Observa cómo ninguno de los dos extremos resuelve el problema real: llevar un cubo de izquierda a derecha de la manera más eficiente posible. Los que trabajan duro llegaron tarde, cansados y probablemente no van a querer hacerlo de nuevo, mientras que el otro llegó con una esfera.

Cualquier extremo de esta discusión termina siendo perjudicial para la organización una vez aplicado. Es aquí donde debemos de buscar un punto medio que nos permita encontrar un balance entre el trabajo duro y el trabajo inteligente. Una manera de trabajar que nos permita tomar los mejores aspectos de los extremos y usarlos de una manera sana, que produzca resultados y que no cueste el bienestar de los miembros del equipo.

Ese punto medio es el trabajo asíncrono.

El trabajo asíncrono

Trabajar de manera asíncrona, en esencia, significa que cada miembro de la organización puede moverse de manera independiente, convergiendo en tiempo/espacio con otros solo en situaciones absolutamente necesarias.

Cuando se trabaja de manera asíncrona, los miembros de un equipo tienen el sentido de agencia necesario para tomar decisiones y hacerse responsables de sus consecuencias. Cuentan con la confianza de sus líderes, pues los objetivos son claros y los problemas a resolver tienen sustento. Trabajan en público, y son transparentes con sus procesos de deliberación. Sus mensajes son claros y asertivos, y no están atados a un horario de disponibilidad definido.

Valoran el resultado de su esfuerzo, no la magnitud del mismo.

Si el principio para alcanzar el éxito es hacer más de lo que funciona, y menos de lo que no, ¿cómo sabes cuál parte del proceso está funcionado y cuál no, si no tienes más que información anecdótica sobre ello? Al contrario de los modelos de trabajo síncronos, donde los problemas se resuelven en privado, a través de medios efímeros y con opacidad, el trabajo asíncrono deja una estela de información que puede ser utilizada para analizar y mejorar el proceso de toma de decisiones de la organización.

Hay que ser lo suficientemente inteligente para identificar en qué trabajar duro. Y el trabajo asíncrono ofrece un balance sostenible entre ambos mundos.

Trabajar de manera asíncrona puede ser considerado trabajo duro porque te reta a ser consciente de tus pensamientos y a estructurarlos para poder escribir ideas coherentes. Requiere que crees los sistemas de información necesarios en tu organización para poder delegar la toma de decisiones. Te obliga a confiar en tu equipo y a ser responsable de tu comportamiento y disciplina.

Trabajar de manera asíncrona también es trabajar inteligente porque estás haciendo que los miembros de tu equipo cuenten con la autonomía para tomar decisiones, incrementando su sentimiento de satisfacción y felicidad. ¿Sabes qué producen las personas satisfechas y felices? Buenos resultados. Eso es inteligente. Además, al trabajar de manera asíncrona, los miembros del equipo tendrán el tiempo y espacio necesario para ejercitar su creatividad y solucionar problemas de una manera más fundamental.

Trabajar duro en ser un mejor líder, y al mismo tiempo inteligente por fomentar una cultura laboral sana y que respete a las personas que se desarrollan en ella. No suena mal.

Conclusión

La decisión de trabajar duro o trabajar inteligente, a final de cuentas, termina siendo responsabilidad de cada quien.

Si tú, como líder, en tu organización fomentas una cultura de trabajo duro, hazlo con la conciencia de que las personas que trabajan contigo eventualmente van a cansarse y se van a ir.

Si, por el contrario, fomentas una cultura de trabajo “inteligente”, date cuenta de que probablemente estás creando una organización que produce soluciones frágiles y costosas.

Pero si fomentas una cultura de trabajo asíncrono, estarás asumiendo tu responsabilidad como líder de equipo. Crecerás personal y profesionalmente, mientras generas un ambiente de confianza, autonomía y responsabilidad compartida con tu equipo. Uno donde las personas se sentirán parte de una organización que respeta su tiempo, esfuerzo y pericia.

Así que, entre decidir trabajar duro o inteligente, recuerda que hay que ser lo suficientemente inteligente para identificar en qué trabajar duro.

Las 4 fases del conocimiento: aprende a identificar en cuál estás

La semana pasada participé en un taller donde aprendimos el valor de escuchar sin intentar resolverle los problemas a otras personas. En la explicación que dio el facilitador, compartió un concepto que me voló la cabeza: las fases del conocimiento.

Durante el taller, usó esta idea para recalcar la importancia de mantenerse receptivo ante los sentimientos de los otros.

No lo había escuchado nunca, pero se me hizo una forma extremadamente práctica de entender cómo es que el conocimiento se vuelve parte de nuestra vida. Y hoy te quiero compartir ese concepto para que lo utilices cada que quieras aprender algo nuevo.

El conocimiento puede existir en 4 fases dentro de nosotros: Punto Ciego, Aprendizaje, Aplicación y Encarnación.

Las fases del conocimiento: Punto Ciego, Aprendizaje, Aplicación y Encarnación

Cada una de estas 4 fases se vive de manera consciente o inconsciente.

  1. Punto Ciego: Inconsciente. No sabes lo que no sabes. Asumes y supones, pero no te cuestionas por qué de las cosas. Simplemente, aceptas la realidad tal cual. Caes en dogmas y vas por la vida sin preocuparte por los efectos de tus acciones en el mundo que te rodea.
  2. Aprendizaje: Consciente. Por alguna razón, te diste cuenta de tu punto ciego y estás buscando, de manera consciente, expandir tu conocimiento. Estás estudiando, investigando, encontrando maneras de desbloquearte. Haces preguntas, investigas y te vuelves más receptivo a nuevas ideas.
  3. Aplicación: Consciente. Estás cristalizando tus aprendizajes de la fase pasada. Tomas lo que estudiaste, lo que aprendiste, y lo aplicas para terminar de asimilar el conocimiento. La aplicación de lo que has aprendido, a su vez, genera más preguntas. En esta fase es donde descubres tu propia versión de la verdad.
  4. Encarnación: Inconsciente. Lograste dominar tu craft y ahora puedes ejecutarla sin pensar — logras aplicar tu conocimiento de manera inconsciente. En esta fase es donde el conocimiento se vuelve sabiduría. Vuelves a no saber por qué sabes lo que sabes.

Si tienes la suficiente astucia, te darás cuenta de que este no es un proceso lineal, sino cíclico. Cuando logras encarnar el conocimiento, en tu mente se libera espacio para poder ponerle atención a otros aspectos de tu vida. Es ahí donde descubrirás más puntos ciegos, y podrás comenzar el camino de nuevo.

Esta forma de pensar también encaja perfectamente con el efecto Dunning-Kruger (el inverso del síndrome del impostor): “mientras menos sabes, más crees que sabes.” Te hice una gráfica.

La próxima vez que rechaces una idea, pregúntate:

  • ¿Es este mi punto ciego?
  • ¿Hay algo más que pueda aprender de este tema?
  • ¿Podré aplicar lo que aprenda de esto?

Cosas que no te enseñaron en la escuela, pero debes saber para trabajar en la industria del software

A continuación te comparto cosas que no te enseñaron en la escuela, pero que debes de saber si quieres trabajar en la industria del software.

  1. Tú te pones tus propias metas. En la escuela tenías la comodidad de llevar un “plan de estudios”. Sabías lo que seguía en cada paso. Acá afuera nadie va a entregarte un plan de estudios para tu carrera profesional. Tienes que definirlo por ti misma.
  2. No tienes que pedir permisos. ¿Quieres aplicar para un trabajo? ¿Te urge cambiar de tecnología? ¿Te gustaría ganar en dólares y vivir en LATAM? ¿Tu sueño es trabajar para un unicornio? ¿Lo que quieres es pasar más tiempo con tu familia? Date. Nadie te detiene.
  3. Debes de tomar decisiones por tu cuenta. En la escuela te condicionaban a aprender una metodología preestablecida. Salirte del protocolo era castigado. En la vida real tienes que aprender a tomar decisiones y a hacerte responsables de sus consecuencias. Nada más.
  4. Puedes irte en cualquier momento. Tenía un profe que se quejaba de los alumnos diciendo “es que ustedes creen que las cosas van a ser como ustedes quieran”. ¿Y por qué no? Si estás en un trabajo o situación que no te favorece, ¿para qué te quedas? No te pongas la camiseta.
  5. Se espera que sepas colaborar, no que te sepas todos los lenguajes de programación del mundo. Saber más lenguajes de programación solo significa que sabes más lenguajes de programación. Aprende a resolver problemas colaborando — técnicos, de negocio, de usuario.
  6. Saber hacer la pregunta correcta es más importante que ser una enciclopedia de conocimiento. Expandiendo en el punto anterior un poco. “No es la respuesta de StackOverflow, es que sepas lo que tienes que Googlear para encontrarla.”
  7. Programar es un medio para resolver problemas, no un fin. Sí, yo sé que es bien divertido programar. Te aconsejaría que no te clavaras únicamente en eso. Puedes programar toda la vida y no resolver ningún tipo de problema. Y te van a pagar por resolver problemas.
  8. Una solución que es correcta el día de hoy, mañana puede ser considerada ineficiente. Yo creo que en software no hay soluciones “exactas”, sino soluciones “ideales para la situación actual, con el conocimiento que tenemos”.
  9. Existen lenguajes más aptos para resolver ciertos tipos de problemas. Hay desde “lenguaje especializado” que es complicado de aprender, pero te dará soluciones compactas, a “lenguaje genérico” que es fácil de aprender, pero será lejos del ideal para resolver todo.
  10. Mientras más “escalas” de posición, se trata menos del código y más de las personas. Las habilidades más valiosas de alguien considerado “Sr.” son las sociales y de liderazgo. Gente que programe “bien” hay un montón.
  11. Necesitas una red de apoyo. Sí o sí. Rodéate de gente que te quiera ver crecer y que comparta tus principios y valores.
  12. Aprende a valorar tu trabajo. Costo ≠ Valor.  No cobres por el esfuerzo físico que lleva hacer una tarea. Cobra por el valor del problema que estás resolviendo.

Originalmente compartí este hilo en Twitter, donde también puedes seguirme.

Liderazgo efectivo: La importancia de las reuniones 1on1 en equipos de desarrollo

Profesionalmente, crecí en un ambiente que desde muy al inicio me enseñó la importancia de ver primero a la persona y luego su utilidad. Y aún recuerdo el primer 1on1 (one-on-one, o una plática uno a uno) que tuve con mi líder.

Hoy sé lo afortunado que fui.

Aún no tenía tanta experiencia en la industria. Y, como muchos, pensaba que el rol del líder era regañarme, presionarme o criticar mi trabajo (luego entendí que lo que yo pensaba era un líder, en realidad era un jefe). La sorpresa que me llevé cuando en mi primer 1on1 con él, durante una hora, en vez de reclamarme por lo que es lo que estaba haciendo “mal” (a mi parecer), me preguntó que cómo me podía ayudar para que lo que estaba haciendo bien fuera más sencillo.

En ese momento fue cuando entendí el trabajo de un líder: crear conexiones con las personas con las que trabaja, entender qué los motiva y buscar la manera en que sus labores diarias sucedan en la periferia de sus intereses personales.

En una industria que está tan acostumbrada a enfocarse en el aspecto utilitario de las cosas, una conexión humana puede sentirse como un vaso de agua fría en el desierto.

A lo largo de mi carrera en software he conocido personas que, a pesar de llevar años trabajando con su equipo, nunca han intercambiado una palabra más allá de un reporte de progreso. Líderes que no saben que su equipo está quemándose porque no están haciendo aquello que los motivó a aplicar a su empresa en primer lugar. Contribuidores individuales que únicamente tienen visibilidad de lo que tienen que hacer de aquí al viernes.

No es sorpresa que tantas personas estén descontentas con lo que hacen 8 horas al día.

Líder: ¿cuándo fue la última vez que saliste de una llamada con tus reportes y saliste con un mejor entendimiento de qué puedes hacer para ayudarles a tener más éxito?

Ten 1on1s regulares. Hablen de qué los motiva. Hablen de qué les causa estrés. Haz un esfuerzo por ir más allá del dashboard de Jira, y si algo no está funcionando, entiende por qué. Luego busca la manera de arreglarlo. Sé ese líder que van a recordar porque no solo pedía resultados, sino que ayudaba al equipo a conseguirlos.

El 1on1 es una oportunidad para ambas partes. No la desaproveches.

Comunicación síncrona: ¿qué es, cuándo usarla y por qué?

La comunicación síncrona usualmente sucede a través de medios que yo llamo “efímeros”. Este tipo de medios favorece la velocidad en la que los mensajes pueden ser transmitidos sobre cualquier otro factor.

La comunicación síncrona se caracteriza porque requiere que todas las partes involucradas estén prestando atención a lo mismo durante el mismo periodo de tiempo. Como con HTTP 1.1, que la conexión entre el cliente y el servidor debe de mantenerse vigente para que el mensaje pueda llegar de un lugar a otro. Si uno de los dos componentes deja de poner atención, la conexión se termina y el mensaje no es comunicado.


El protocolo HTTP 1.1 requiere que ambas partes se mantengan en sintonía para que el mensaje pueda ser comunicado correctamente.

Los medios de comunicación síncrona son usualmente efímeros. Es decir, que solamente “existen” mientras están siendo usados. Una llamada telefónica, por ejemplo, se podría considerar un medio de comunicación síncrono:

  • Todas las partes necesitan poner atención a la llamada para que esta sea productiva.
  • Si uno de las dos partes cuelga el teléfono, la comunicación se termina.
  • Esa llamada en particular únicamente existe mientras está sucediendo. Al terminarse no es posible volver a tener esa misma llamada. (Se podría volver a tener la misma conversación, pero no la llamada.)

Existen muchos medios de comunicación síncronos a tu disposición. Es importante que aprendas a identificarlos y a usarlos de manera adecuada. Aquí hay algunos otros ejemplos de medios de comunicación síncrona que te podrás encontrar en tu carrera:

  • Conversaciones de pasillo.
  • Mensajes instantáneos (Slack, Google Chat, Teams, WhatsApp, Telegram).
  • Videoconferencias (Google Meet, Whereby, Zoom).
  • Sesiones de pair programming.

¿Cuándo debes usar la comunicación síncrona?

Por lo general se utilizan medios de comunicación síncrona cuando el mensaje es relevante únicamente durante un periodo de tiempo. Un ejemplo de esto es cuando se quiere notificar de algún evento, como que una tarea se terminó en tiempo y forma.

Lo que debes de considerar al momento de comunicar algo a través de medios síncronos, es que el riesgo de que ese mensaje se pierda y no vuelva a ser encontrado es bastante alto. Por lo general, deberías de evitar utilizar medios de comunicación síncronos asumiendo que la información que compartas va a poder ser recuperada después.

Aunque algunos medios de comunicación síncronos, como los mensajes directos, tienen la habilidad de buscar información pasada, la realidad es que no están diseñados para esto. La mayoría de estas herramientas están diseñadas con la conveniencia en mente, no con la consigna de que deberían de ser un acervo de información hacia el futuro.

De manera más concisa, está bien usar medios de comunicación síncronos si…

  • El mensaje que quieres comunicar es relevante únicamente durante un marco de tiempo definido. Es decir, no importará si ese mensaje se pierde en el éter, porque de todos modos únicamente aportaba valor si se consumía al momento en que lo enviaste. Ejemplo: “ya va a comenzar la llamada”.
  • Existe un sentido de urgencia de tu parte. Por ejemplo, en caso de que tengas una emergencia porque el servicio está caído, es mucho más práctico llamar por teléfono a la persona de DevOps para que apoye que enviarle un correo (asíncrono) para notificarle.
  • No estás tomando decisiones que impacten de manera estructural el futuro del proyecto o del equipo. Por ejemplo, ¿tú y tu equipo están intentando decidir qué librería de linting van a utilizar en el proyecto? Discutirlo en un chat grupal está bien — es una conversación. Pero si estás intentando decidir qué topología de red se va a instalar en un edificio, esta conversación debería de ser llevada en medios que estén diseñados para preservar la información a largo plazo.

Combinando la comunicación síncrona y la asíncrona

Algo que debes de tomar en cuenta es que una conversación que inicia de manera síncrona tiene la capacidad de convertirse en asíncrona, si así se requiere. Y de hecho, siempre que estés comunicando algo a través de medios síncronos, deberías de poner mucha atención si algo de lo que se está compartiendo debería preservarse.

Notificar que un proyecto se completó de manera exitosa es claramente información apta para ser comunicada síncronamente. Puedes hacerlo a través de Google Chat o Slack. Sin embargo, el historial y resumen de entrega del proyecto completado es información que se debe de preservar, y por lo tanto deberías de preservarlo en una carpeta compartida de Google Drive o Dropbox. 

Lo anterior es un ejemplo de cómo, para el mismo propósito, combinarías la comunicación síncrona y la asíncrona.

La comunicación siempre está en flujo

No siempre será posible utilizar el medio correcto para compartir lo que quieres. Y está bien. Eres humano.

Lo importante, más allá de que utilices tal o cual aplicación para comunicar algo, es que comiences a generar la conciencia de que no solamente importa qué dices, sino cómo lo dices y a través de qué medio. Sobre todo si estás en una posición de liderazgo, pues cómo tú comunicas pone la pauta para el resto del equipo. Y créeme, no hay nada más complejo que intentar ponerle orden a la comunicación de un equipo de un día para otro.

Ejercitar tu músculo para saber si estás usando el medio adecuado para comunicarte con tu equipo es uno de los pasos que debes de tomar para mejorar tu carrera profesional. Hacerlo no solamente te abrirá los ojos a un mundo de empatía más allá del código, sino que te hará mucho más digno de confianza ante tu equipo. Sabrán que tú, más que un miembro más de la banda, serás una pieza catalizadora de organización y orden.

Mejorando la visibilidad de información en equipos remotos

Estás teniendo una acalorada discusión con tus compañeros de trabajo acerca de cómo resolver ese problema con el que llevan atorados un par de semanas. Todos están trabajando de manera remota, y están teniendo la discusión en el canal de chat de la empresa. Han intentado varias propuestas de diferentes miembros del equipo, pero ninguna parece terminar de lleno con el problema.

De repente a una de tus compañeras le llega a la cabeza la solución ideal que sí va a funcionar. Rápidamente la redacta y la publica en el mismo hilo de conversación que han estado usando para coordinar los esfuerzos de resolución de la situación. “Si quieren lo platicamos en una llamada”, escribes. Presionas Enter en tu teclado, y unos minutos después todo el equipo está platicando cara a cara en un Google Meet repasando el plan de acción.

Todos aceptan, entienden su rol, y comienzan a trabajar. Por fin encontraron la solución que les permitirá continuar con la siguiente fase de su proyecto, y la implementarán en tiempo récord.

Todo parece estar tranquilo. Un éxito seguro, un problema menos, y todo gracias a la excelente colaboración de los miembros del equipo.

Hasta que tiempo después alguien hace la pregunta: ¿Me pueden explicar por qué se resolvió esto así? Pero hace 6 meses que la persona que propuso la solución se fue de la organización.

La problemática

El escenario que describo anteriormente sucede más de lo que te imaginas, y no es exclusivo de organizaciones o empresas grandes. Seguramente alguna vez te has preguntado por cómo llegaste a cierta decisión en tu vida personal, o en tu proyecto individual. No es raro.

El cerebro humano está diseñado para generar ideas (y es excelente en ello), no para almacenarlas. El dicho reza que dos cabezas piensan mejor que una, no que dos cabezas recuerdan mejor que una. Reconociendo esto, podemos tomar acciones concretas para no complicarnos la vida a nosotros mismos al momento de que necesitemos recordar cómo fue que llegamos a una decisión.

Una técnica para esto es pensar en las ideas y acuerdos en términos de Flujo y Stock.

Flujo y Stock

Seguramente habrás escuchado en alguna ocasión que cierto producto se encontraba fuera de stock al momento de intentar comprar algo en una tienda. “Nos llega pedido en 15 días,” como es de costumbre.

En el mundo de la economía, los negocios, y la logística existe el término Flujo y Stock, que nos permite pensar de diferentes maneras en las unidades más importantes para un determinado contexto. Al enmarcar la unidad con la que estamos lidiando en el concepto de Flujo y Stock, se vuelve mucho más sencillo determinar cómo deberíamos de manejar dicha unidad.

Una manera más amigable para asimilar el concepto de Flujo y Stock es pensar en que tenemos una tienda de libros. Piensa en cuáles libros pondrías en las vitrinas para atraer clientes. Estarás de acuerdo que la respuesta es que en las vitrinas deberían ir los libros actuales, novedosos o que están en auge, pues son ellos los que atraerán a la tienda a los clientes potenciales que van pasando.

Y entonces, ¿cuáles libros deberías guardar en tu almacén? Los libros clásicos, de conocimiento antiguo; no son tan populares, pero debes tenerlos a la mano de una manera relativamente accesible porque eventualmente va a llegar un cliente a preguntarte por uno de ellos. Es ahí cuando dices “permíteme tantito, déjame ir por él a la bodega”.

De manera concreta:

  • Flujo hace referencia a una transacción que se haga con una unidad de medida durante un periodo de tiempo. Cuántos libros vendes por hora. Estos libros van en la vitrina.
  • Stock hace referencia a una unidad de medida en un marco de tiempo en particular. Cuántos libros tienes disponibles para venderhoy. En tu stock tienes los libros clásicos.

Flujo y Stock del conocimiento

Podemos categorizar cómo administramos nuestros bienes físicos, y determinar si los debemos de guardar en un almacén, o tenerlos en las vitrinas de una tienda. De la misma manera, podemos categorizar el conocimiento y la información que manejamos en el día a día. El concepto de Flujo y Stock, al ser asimilado y transportado al reino del conocimiento, nos permite discernir con mayor claridad cómo deberíamos administrar una idea.

Podremos decidir si un pedazo de información es de flujo (novedosa, popular, y que debería ir en la vitrina), o de stock (de valor histórico, clásica, y que debería ir en el almacén).

La información que determinemos flujo va en las vitrinas de la era digital: aplicaciones de chat, videollamadas, correos electrónicos, o cualquier otro medio de comunicación cuya naturaleza sea efímera. Estos medios de comunicación están hechos para ser consumidos “al pasar”, al igual que un exhibido afuera de una tienda.

Entre las características de los medios de comunicación ideales para transmitir información de flujo se encuentran:

  • se centran en la facilidad de transmitir, no preservar, la información (chats privados, videollamadas por Zoom o Google Meet),
  • usualmente ofrecen una experiencia personalizada para cada usuario (Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp), y
  • generan silos de información dentro de una organización (correo electrónico).

Por el contrario, la información que determinemos stock debería de ir en nuestros repositorios digitales de información: documentos en la nube, notas compartidas, o almacenes de código a los que todos los miembros del equipo tengan acceso. Si contrataras un nuevo vendedor en tu librería, él o ella necesitaría acceso a tu bodega de libros para poder hacer su trabajo. Sucede exactamente igual con el conocimiento.

Entre las características que hacen que un medio sea apto para almacenar información de stock se encuentran:

  • la habilidad de que todos los miembros de la organización estén viendo el mismo contenido al mismo tiempo (carpetas compartidas, como Google Drive o Dropbox),
  • la posibilidad de colaborar simultáneamente en la edición del contenido (Google Docs, Office365, Dropbox Paper)
  • la preservación de un historial de modificaciones, con marca de tiempo y detalle del cambio (Google Docs hace esto también)
  • el contenido es indexable y se pueden realizar búsquedas complejas

También es de vital importancia asegurarse que la información stock debe de contener todo el contexto necesario para ser útil. Para esto, te recomiendo que sigas el PURLÚ (Principio de la URL Única). De nada sirve tener información guardada, si es dificil interpretarla.

¿Cómo saber si una pieza de información es Flujo o stock?

Una definición muy personal para la información que considero como flujo en mi día a día es preguntarme si la idea podría caber en un Tweet. Si la respuesta es sí, entonces comunico la idea a través de un canal apto para información fluctuante.

Ejemplos de información que considero flujo:

  • Notificar al equipo que un proyecto se completó de manera exitosa.
  • Confirmar un dato con alguno de mis compañeros.
  • Pedir o dar una actualización de estatus de una iniciativa.
  • Pedir por referencias sobre algún trabajo previo.
  • Información relacionada con ocio.

Por otra parte, cualquier pieza de información que tenga un valor histórico dentro del contexto en el cual está siendo manejada, debería de ser considerada información de stock.

Notificar que un proyecto se completó de manera exitosa es claramente información de flujo, y podríamos hacer dicho anuncio a través de Slack, Google Chat, o en un correo electrónico sin problema. Sin embargo, el historial y resumen de entrega del proyecto completado es información de stock, y por lo tanto deberíamos de preservarlo en un folder compartido de Google Drive o Dropbox, al cual tienen acceso los miembros del equipo a quienes podría servirles dicha información.

Puedes aplicar esta misma forma lógica en tu día a día para determinar si algo debería ser comunicado como información de flujo, o información de stock. Además, puedes ir un paso más allá y pensar también en organizar los canales de comunicación de tu equipo, algo de lo que también escribí.

Conclusión

Estudiar otras áreas de la vida nos expone a ideas que podemos moldear para resolver problemas que ni siquiera estábamos conscientes que teníamos. En esta ocasión, hemos explorado un concepto de economía, nos hemos quedado con su esencia, y lo adaptamos a un área de interés muy particular: la administración de la información y conocimiento.

Ser eficiente, en esencia, se trata de remover fricciones. Al remover la fricción de recuperar conocimiento e información, estamos elevando nuestras probabilidades de tener éxito en lo que sea que estemos haciendo. Aplicando el concepto de Flujo y Stock en nuestro trabajo y vida personal, dejaremos de tener la incertidumbre naciente de la falta de organización del conocimiento.

5 Soft Skills para dominar si desarrollas software

Los Soft Skills son imprescindibles para cualquier desarrollador de software. Puede que seas capaz de codificar mientras duermes, pero si no tienes la capacidad de comunicarte te encontrarás en una situación incómoda. Y a menos que pretendas trabajar por tu cuenta para siempre, no es lo ideal.

Un estudio en el estado de Sonora demuestra que los mismos desarrolladores de software dicen que los Soft Skills son igual o más importantes que conocer ciertas tecnologías.

Este artículo te enseñará los Soft Skills principales que pueden ayudarte a hacer o deshacer tu carrera como desarrollador de software.

Comunicación

La buena comunicación es una habilidad esencial para cualquier trabajo profesional. Pero es especialmente importante para los desarrolladores de software que son serios con su trabajo. Desarrollar software, a final de cuentas, se trata de resolver problemas — para y con otras personas.

No importa si trabajas por tu cuenta como freelancer o en un equipo de desarrollo, vas a tener que comunicar ideas complejas a otras personas. Lo único que cambia es el medio. El diseño de una API comunica cómo debería ser utilizado tu servicio. Cómo redactas reporte de un bug comunica muchas veces no solamente lo que se debe de resolver, sino cómo debería de resolverse.

Los desarrolladores de software, como personas lógicas que somos, tendemos a pensar en términos de unos y ceros. Pero tener esta misma mentalidad al momento de comunicarnos con otras personas, especialmente personas que no tienen nuestra misma formación, no hace otra cosa más que perjudicar nuestra carrera.

Aprende a comunicar, y verás cómo tu código e ideas se vuelven 100% más efectivos.

Negociación

Los desarrolladores de software también tendrán que negociar con personas. Es raro el escenario en el que no tendrás la necesidad de discutir con otra persona para resolver un problema.

Si trabajas eres freelancer, por ejemplo, tendrás que negociar fechas de entrega, alcance del proyecto y hasta tu compensación. Si eres parte de un equipo, tendrás que encontrar la manera de llegar a acuerdos con respecto a metodologías de trabajo, herramientas y hasta qué convenciones seguir.

¿Usarás tabs o spaces?

¿Por qué deberíamos de usar Ruby y no Elixir?

¿Deberíamos desarrollar este feature antes de refactorizar el sistema?

No hay manera de que te escapes de tener que negociar cuando desarrollas software. Incluso, si lo piensas, diseñar una API se trata meramente de negociar qué es lo que el usuario te debe de dar vs. lo que tú le vas a regresar.

Ser excelente negociando hará tu vida desarrollando software mucho más productiva. No

Habilidades interpersonales

Empatía, tacto, persuasión, liderazgo, entre otras. Las habilidades interpersonales son importantes cuando hay que interactuar con otros miembros del equipo para que no se sientan molestos o disgustados por tu presencia. No es divertido tener un compañero grosero, combativo, que se queja de todo y no sabe cómo adaptarse al grupo.

Pero, yo diría, son mucho más importantes porque desarrollar software, al final del día, se trata de resolverle problemas a las personas.

Muy rara vez se desarrolla un software para que funcione en un vacío. Es casi seguro que si estás desarrollando una aplicación o sistema, o implementando un algoritmo, es porque alguien, en algún lado, necesita resolver un problema. Es aquí donde las habilidades interpersonales marcan la diferencia entre un software mediocre (dogmático, apegado a las ideas del programador) y un software realmente útil (usable, que resuelve los problemas del usuario).

Cuando desarrollamos software tenemos que tener siempre en mente a nuestro usuario. Por más novedosa que sea nuestra arquitectura, o más eficiente sea nuestro algoritmo — nada de eso importa si no estamos resolviendo el problema de la persona que usará nuestro desarrollo.

Sucede exactamente lo mismo en el contexto del equipo de desarrollo: ¿de qué sirve que seas el que más sabe de algún tema si nadie quiere trabajar contigo?

Eres una persona, y te mueves en un mundo de personas. No dejes que tus habilidades interpersonales se echen a perder.

Trabajo en equipo

Complementando a las habilidades interpersonales, viene el trabajo en equipo. Que es similar, pero no lo mismo. El trabajo en equipo es uno de los Soft Skills más citados en currículums, pero no muchos saben realmente qué significa.

Más allá de poder comunicar ideas complejas a tus compañeros, y de poder “llevar la fiesta en paz”, la habilidad de trabajar en equipo se podría resumir en la siguiente frase: tú no eres lo más importante del equipo.

Debes de ser capaz de observarte dentro del contexto del equipo, y ver cómo puedes apoyar, no cómo puedes obtener más control. Un desarrollador que sabe trabajar en equipo gestiona soluciones, delega responsabilidades y apoya en lo que puede. Pero nunca bloquea esfuerzos, acapara responsabilidades o tiene actitud de “quítate, yo lo hago”.

Seguramente has escuchado el término 10x Programmer — hace referencia a un programador que hace el trabajo de 10 personas, presumiblemente porque es tan bueno. Pero piénsalo de esta manera: un 10x Programmer no solamente hará el trabajo de 10 personas, sino que hará que 10 personas no quieran trabajar con él o ella. Y, a largo plazo, esa es una posición en la que no quieres estar. Muy bueno tirando código, pero insoportable al momento de colaborar.

No seas ese rockstar.

¿Quieres ser un 10x Programmer? Trabaja en equipo y haz que 10 personas crezcan para cumplir sus metas y objetivos.

Paciencia

Seguido me preguntan qué es lo que se necesita para poder desarrollar software profesionalmente. Muchas personas no se esperan que la respuesta que usualmente comparto es: paciencia. Un Soft Skill que usualmente pasa desapercibido porque es personal.

Desarrollar software es como armar un rompecabezas en tu cabeza. Solamente que no sabes cómo se debería de ver el diseño final, ni qué tamaño debería tener, ni si está en la orientación correcta. Si te frustras fácilmente, no sabes cómo lidiar con incertidumbre, y buscas la gratificación inmediata de todas tus experiencias, probablemente serás miserable desarrollando software.

No solamente deberás ser paciente con tus propios problemas — cuando estés intentando encontrar un error en un programa o aprendiendo una nueva tecnología. También deberás de ser paciente con personas que no hablan el mismo idioma que tú, o que no tienen la misma experiencia empírica. Tendrás que explicar conceptos complejos a personas que no saben de lo que estás hablando, y te harán preguntas sin sentido. Deberás lidiar con cientos de intentos fallidos para configurar alguna parte de tu stack.

Desarrollar software es un ejercicio de paciencia constante.

Si no eres paciente contigo mismo, y con las personas que te rodean en tu industria, probablemente la pasarás mal.

Y si estás leyendo esto porque apenas estás considerando iniciar tu carrera desarrollando software, te ofrezco una disculpa. Sé que puede sonar nada divertido, y hasta como una advertencia de que no lo hagas. Pero, por experiencia propia te digo: hasta las veces que perdí la paciencia y lloré porque no podía configurar una simple tabla en mi aplicación de iOS valieron la pena. Porque durante los siguientes 10 años pude aprender de los mejores, viajar por el mundo, hablar en conferencias y mi código hoy corre en cientos de millones de dispositivos. Porque fui paciente.

Cómo decir que no

Hola, Tim.

Gah, ok. He estado luchando con esto, y así está la cosa: después de 5 años intentos de creatividad y promociones, entrevistas acerca de mi viaje personal y de hablar de dónde vienen las ideas, después de años de terminar un proyecto un día e inmediatamente saltar a promocionar el siguiente… estoy dando un paso hacia atrás. Alcancé mis límites recientemente, y por amor a mi trabajo, me daré un descanso. Durante los últimos meses he cancelado contratos y he dicho no a nuevos proyectos y entrevistas. Para sentarme a hacer nada. Para deambular y desperdiciar un día. Y por primera vez en cinco años, por fin estoy en un lugar en el que no hay una fecha de entrega atada a cada dibujo. No hay una fecha límite para mis ideas. Y se siente correcto.

Así que, aunque realmente quiero hacer esto contigo — te respeto a ti y a tu trabajo y estoy honrada de que quieras que participe — y aunque sea estúpido con E mayúscula para mi carrera profesional que no lo haga, tendré que decirte gracias pero… no. Simplemente no estoy en un lugar para hablar sobre mí o mi trabajo en estos momentos. (Una locura para una hija única altamente parlanchina.) Tengo la esperanza de que podamos hablar en un futuro — te prometo que cualquier pensamiento que tenga para ti en ese momento será mucho más perspicaz que cualquier cosa que te pueda compartir en estos momentos.

Espero que el espacio creado por mi ausencia sea llenado por una de las brillantes personas que sugerí en mi correo anterior.

Y de verdad, mil gracias por tu interés.

Me estaré pateando a mí misma cuando el libro salga.

— W.

Este fue el correo (traducido por mí) que Wendy MacNaughton, prolífica ilustradora, le envió a Tim Ferris para declinar la invitación a una entrevista para su libro, Tribe of Mentors. Una clase maestra de cómo y por qué decir que no — algo en lo que he estado pensando mucho últimamente.

Antes de que un avión despegue, la instrucción es que en caso de despresurización te coloques la máscara de oxígeno antes de intentar ayudar a otros. Sucede igual con el trabajo y la creatividad: antes de compartirla, debes de hacer espacio para que se desarrolle.

Ponte la máscara primero. Di que no.

Ser líder es como jugar una partida de póker

No sabes qué cartas te van a tocar. Pero cuando te las dan, debes de tomarte el tiempo para analizar cada una y ver cómo encaja con las otras que tienes en tu mano.

Una sola carta, aislada, no gana una partida. No importa si en tu mano tienes un 10, A, Q, J y K, si no sabes que juntos hacen una Escalera Real. Solamente tenías que cambiar el orden en que la veías.

Sucede lo mismo con las personas.

Liderar un equipo no se trata simplemente de cumplir metas o de alcanzar resultados estrictos. Se trata de reconocer las habilidades (y debilidades) de cada uno de los miembros del equipo.

Como líder, así como cuando juegas una partida de póker, tu única tarea es optimizar para sacarle el mayor provecho a las piezas con las que cuentas. Y la manera más sencilla de perder es no saber reconocer lo que tienes.

Trabajo remoto: ¿Está bien no saludar en cada interacción?

Es cierre de mes más en tu trabajo remoto, y debes entregar el reporte semestral de resultados antes del fin de día. Un miembro de tu equipo posee información esencial, pero el sistema está caído. Aunque la entrega es urgente, aún cuentas con tiempo hasta las 5 PM.

Decides contactar a tu colega de manera educada para solicitar la información. Abres la aplicación de chat de la empresa (que en el mejor de los casos no es WhatsApp) y escribes: “Hola, ¿cómo estás?”. Tu colega, también bajo presión y lidiando con distracciones en casa, recibe el mensaje, pero no puede responder de inmediato.

A las 4:45 PM, tu colega finalmente responde: “bien, ¿y tú?”. Faltan solo 15 minutos para la hora límite y le pides el reporte de gastos mensual, mencionando que el sistema está caído. Sin embargo, antes de enviar el mensaje, ves que tu colega se ha desconectado, creyendo que solo querías saludar.

Ahora el reporte de resultados deberá esperar hasta el lunes. Misión fallida.

La cordialidad sí tiene un lugar en el trabajo remoto

En una organización es importante mantener una base de decencia al momento de comunicarnos con nuestros colegas y que nos llevemos bien entre todos (o por lo menos nos toleremos), ya que, después de todo, muchas veces pasamos más tiempo con la gente con la que trabajamos que con nuestras mismas familias. O por lo menos esa ese la realidad a la que muchos estaban acostumbrados en Los Tiempos Antiguos (antes del 2020, para ser concretos), cuando sí era viable y no un riesgo mortal estar en una oficina con más personas.

Hoy en día, las circunstancias mundiales han obligado a las empresas a voltear a ver el trabajo remoto no solamente como una opción viable, sino como la única herramienta a través de la cual asegurar su supervivencia. Desafortunadamente, los miles de organizaciones que han recurrido al trabajo remoto recientemente, no estaban preparadas culturalmente para hacer el cambio sin que hubiera repercusiones en la productividad percibida de los equipos afectados.

Con este cambio tan vertiginoso de modalidad de trabajo, es natural que todos estemos buscando maneras de tener un sentido de normalidad y de preservar aquellas prácticas que en la oficina nos funcionaban tan bien para mantener una base de cordialidad que funcionara. Pero lo peor que podemos hacer en circunstancias excepcionales es intentar lidiar con ellas desde perspectivas habituales.

El “pasar a ver si estabas en tu oficina” se convirtió en que nos instalaran programas que toman capturas de pantalla cada 5 minutos. El “checar la entrada” se convirtió en hacer que compartiéramos nuestra ubicación en tiempo real en el grupo de WhatsApp de la empresa. El “acercarse a preguntarte algo de rápido” se convirtió en, lo adivinaste, preguntar por chat cómo estamos.

Insostenible.

Circunstancias excepcionales requieren perspectivas excepcionales

Y la perspectiva excepcional que te quiero compartir hoy es la siguiente: En el ambiente de trabajo está bien si no saludas y simplemente pides lo que necesitas de la otra persona.

Que quede claro que esto no es una invitación a ser descortés. Más bien es una invitación a entender que cuando se trabaja de manera remota, cada quien está lidiando con su trabajo además de con su entorno.

Una de las ventajas de trabajar en una oficina es el espacio controlado específicamente diseñado para que la organización sea eficiente, pero ese beneficio se esfumó cuando se nos requirió que nos quedáramos en nuestras casas. Es muy probable que la persona con la que te estás intentando comunicar esté trabajando desde su cuarto, donde en el mejor de los casos está solo o sola mientras su familia está en otra habitación. Te dejaré la tarea de imaginarte la situación para los padres de familia que además de trabajar desde casa, deben de asegurarse de que sus hijos estén atendidos, estudiando, o entretenidos.

Cómo ser eficiente sin ser descortés

Es una de mis creencias que cualquier organización a la cual valga la pena pertenecer debe de tener arraigada en su cultura el principio de que el colaborador no es su trabajo, lo que significa que cuando se esté comunicando retroalimentación de manera sucinta, la misma debe de ser tomada a valor nominal.

Este mismo principio creo que aplica para la colaboración del día a día. Creo que debería de ser más común y socialmente aceptable, dentro de un contexto de trabajo profesional, simplemente pedir lo que se necesita de la otra persona sin la necesidad de pasar por las formalidades sociales a las que estamos acostumbrados.

Puedo preguntar cómo está mi colega, esperar unas cuantas horas, que posiblemente sean críticas, para saber que está en línea (lo que realmente me importa) y por fin cuando me conteste que está bien hacerle la pregunta.

O puedo ser profesional, responsable, y eficiente en un único mensaje:

¿En cuanto tengas oportunidad me podrías enviar el reporte de gastos del mes de octubre hasta el cierre? El sistema ha estado caído desde ayer y necesito el dato para enviar el reporte de resultados general antes de que termine el día de hoy. ¡Gracias!

Si alguien se ofende por ese mensaje, creo que hay problemas más serios por los que deberías de estarte preocupando en tu relación con ese colaborador, que una cuestión de si eres cordial o no.

Si es parte de tu naturaleza ser cordial y simplemente no lo puedes evitar, agrega un “buenos días/tardes/noches” al inicio, y ya está:

Buenas noches, ¿en cuanto tengas oportunidad me podrías enviar el reporte de gastos del mes de octubre hasta el cierre? El sistema ha estado caído desde ayer y necesito el dato para enviar el reporte de resultados general antes de que termine el día de hoy. ¡Gracias!

La belleza de la estructura del mensaje anterior es que:

  1. No estoy siendo descortés
  2. Explico con detalle lo que quiero
  3. Comunico por qué lo necesito
  4. Recalco el sentido de urgencia, y cuándo lo necesito

La persona que lea ese mensaje tiene todos los datos necesarios para que el siguiente mensaje que yo vea de él o ella sea en el que me envía la información que yo necesito.

Cómo decirle a un colega que está bien si no saluda

Si en tu organización eres la persona que recibe saludos y estás consciente que no es una manera ideal de trabajar, pero no sabes cómo decirles que no es necesario que te saluden antes de pedirte lo que necesitan de ti, te tengo una solución. De hecho, te tengo tres posibles soluciones.

La primera es que copies y le mandes este texto:

¡Hola! Bien, gracias, ¿y tú? Oye, te quería comentar que no es necesario que me preguntes cómo estoy cuando necesites pedirme algo de trabajo. De verdad siéntete con la confianza de solamente hacer la pregunta y decirme cómo te puedo apoyar, y así cuando tenga oportunidad de contestarte te tendré la respuesta para desbloquearte.

Si sientes muy seca esa respuesta, agrega lo siguiente:

Ya sabes que cuando quieras nos ponemos de acuerdo para platicar y ponernos al día. Te dejo mi número de teléfono: INSERTA TU NÚMERO DE TELÉFONO AQUÍ

Toma en cuenta que estas respuestas son bastante genéricas y puede que no sean las más apropiadas en tu situación en particular; tómalas como un punto de partida. Puedes redactar tu propia respuesta, de acuerdo a la relación que tengas con la persona en cuestión, pero asegúrate de comunicar el mensaje de manera adecuada.

La segunda es una página de internet que puedes publicar en el chat general de tu empresa como algo que te encontraste en internet: sinsaludar.me. Escribí ese contenido como un recurso que puedes usar para compartir este conocimiento de manera indirecta si no quieres verte como el aguafiestas de tu empresa. Úsalo a discreción, y compártelo libremente. 

La tercera es YaPídemeElMalditoFavor.com. También úsala a discreción, y con gente de confianza.

Conclusiones

La cultura de la empresa influye en cada uno de los procesos internos, incluido el de colaboración entre el personal. Desafortunadamente, muchos de los déficits de cultura laboral no son apreciables hasta mucho tiempo después cuando los resultados en números duros comienzan a ser menores de los ideales.

La forma en como nos comunicamos con nuestros colaboradores impacta de manera directa en los resultados que tenemos como empresa. Y aunque muchas personas puedan considerar la cordialidad una propiedad inviolable de la colaboración dentro de una organización, siempre debemos de tener bien claras las prioridades y poner en perspectiva cómo es que la organización reconocerá nuestro valor dentro de la misma: por qué tan bien nos llevamos entre nosotros, o por qué tan eficientes somos colaborando entre nosotros.

La próxima vez que un colega tuyo tenga información importante, y necesites preparar un reporte mensual, reparar una base de datos, o firmar un contrato antes de que termine el día, te invito a ser profesional, responsable, y eficiente, y pregunta por lo que necesites de tu colega siguiendo las siguientes 4 reglas:

  1. No seas descortés
  2. Explica con detalle lo que quieres
  3. Comunica por qué lo necesitas
  4. Recalca el sentido de urgencia, y cuándo lo necesitas

Los riesgos del trabajo remoto y cómo evitarlos

En este artículo quisiera tocar 3 de los riesgos del trabajo remoto más prominentes, y cómo mitigarlos. Porque si bien trabajar desde donde sea tiene muchas ventajas tangibles, también es necesario recordar que no hay un pro sin un contra.

#1: Equipo perdido o robado

Todo mundo corremos el riesgo de olvidar nuestra mochila, o de que nos la roben, así que debe de ser práctica estándar pedirle a tu equipo que proteja sus equipos con contraseña de acceso.

Si usas macOS para realizar tu trabajo, una práctica estándar para todos debería ser activar FileVault para que todo el contenido del disco se encripte mientras se encuentre en reposo. Esto significa que aunque te roben la computadora y extraigan el disco duro de la misma, la información que pudieran obtener será completamente inútil.

Demuestra cómo activar FileFault en macOS.
Activa FileVault yendo a Ajustes > Seguridad y Privacidad > FileVault.

Además, te recomiendo usar y promover dentro de tu organización el uso de manejadores de contraseñas, como 1Password o LastPass. Personalmente, soy fiel usuario de 1Password desde hace muchos años, y confío plenamente en sus aplicaciones para guardar hasta copias de mis documentos de identidad, y datos financieros.

[convertkit form=1755518]

#2: Trabajar en redes WiFi inseguras

Jonathon menciona que trabajar en una red pública es inherentemente inseguro. La realidad es que no es lo óptimo, pero en el día a día, no deberías de preocuparte por detalles como este.

Cuando navegas por internet usando una red pública, como la de un café, o algún parque, de lo único que debes preocuparte es si los sitios que se visitan utilizan el protocolo HTTPS.

Si vas a la barra de direcciones de tu navegador de internet y ves un ícono de un candado como el que está en la siguiente imagen…

Barra de navegador mostrando que el cifrado SSL está activo.
OscarSwanros.com utiliza el protocolo HTTPS para enviar información. Cualquier cosa que hagas en ésta página está protegida.

… entonces no tienes nada de qué preocuparte, pues significa que toda la comunicación entre tu computadora y el sitio de internet que estás viendo, está siendo protegida durante su tránsito, lo que significa que la red que estás usando no puede ver nada de la información que mandas o recibes.

Mientras no instales algún software como parte del proceso de unirte a una red de internet, en realidad no tienes de qué preocuparte. Aunque si quieres agregar una capa de seguridad más robusta a tu networking, también podrías instalar algún software de VPN en las computadoras de tus empleados. Solamente ten en cuenta que no es mucho más seguro usar un VPN.

En todo caso, si aún así no estás conforme, por favor asesórate con un profesional que te pueda ayudar a responder tus preguntas sobre seguridad en la red.

#3: Falta de productividad

Aquí es donde creo que Jonathon está siendo bastante old-school, pues las preguntas que se plantea para tomar la falta de productividad como un riesgo del trabajo remoto, dejan ver una forma de pensar que hará que cualquier trabajador remoto renuncie en tiempo record.

¿Cómo sé que mis empleados remotos están trabajando? La respuesta es bastante simple: el trabajo se hace.

Trabajar de forma remota no solamente significa que los empleados estarán fuera de la oficina, sino que yo como empleador, estaré depositando mi confianza completa en ellos para que lleven a cabo las tareas que son requeridas.

Si crees que necesitas estar al pendiente de tus empleados remotos, recibiendo actualizaciones constantes sobre si están trabajando o no (el equivalente a pasar por el pasillo detrás de los cubículos), siento informarte que tu organización será una de esas historias de terror que tus futuros ex-empleados contarán a sus nietos.

Deja que tus empleados trabajen, deposita tu confianza en ellos, y ajusta las expectativas dependiendo de la urgencia de cada tarea.

Algo sí te puedo decir: como trabajador remoto, una de las peores cosas que me puedes hacer es estarme pidiendo reportes múltiples veces durante el día.

¡Déjame hacer mi trabajo!