Ser líder: ¿quieres el puesto o la responsabilidad?
El puesto de liderazgo está sobrevalorado.
Muchas personas asociamos ser “únicamente” seguidores, o miembros de un equipo, con sentimientos negativos. Como si no tener el reconocimiento del puesto nos hiciera menos personas. Y como si el hecho de no tener un nombramiento oficial significara que no podemos ejercer el rol de liderazgo que sentimos merecemos.
En realidad, dentro de una organización, todas las personas están siguiendo los pasos de otras. Nadie es un líder sin ser liderado.
Hay líderes, y hay seguidores. Y así como hay buenos y malos líderes, hay buenos y malos seguidores.
Un buen líder da dirección y provee al equipo de herramientas y frameworks para cumplir objetivos a largo plazo. Un mal líder reparte tareas y espera que las metas se cumplan porque sí.
Un buen seguidor puede tomar la dirección de un buen líder, estar en desacuerdo, y buscar maneras de hacer saber que la premisa de la tarea es incorrecta. Un mal seguidor tomará la tarea, y aún sabiendo que la dirección no es la correcta, la implementará. Después culpará al líder.
Un buen seguidor a su vez es un buen líder. Pues ser un líder no significa que sabes más o que tienes el control — o que tienes un nombramiento, necesariamente. Sino que tienes una responsabilidad con tu equipo. Cómo materializas esa responsabilidad es lo que te definirá como un profesional.
Un buen líder a su vez es un buen seguidor. Pues sabe que la retroalimentación de las personas a las que está liderando no siempre será fácil de digerir, pero que el resultado neto será siempre positivo.
¿Quieres el puesto, o la responsabilidad? Porque la responsabilidad está lista para que la tomes. Todo lo demás es tu ego hablando.