La diferencia entre el freelancing y el trabajo remoto

Se dice que alguien hace freelancing, o que es contratista, cuando la relación con el cliente tiene fecha de expiración. Se trabaja por proyecto, y puede que al terminar la encomienda actual no se vuelva a trabajar con el cliente.

Se dice que alguien trabaja de manera remota cuando la persona tiene un rol definitivo, de largo plazo, dentro de una organización.

Un freelancer rara vez puede influenciar a la organización, pues se le contrató para un trabajo en particular. Sus contribuciones están acotadas al dominio del problema actual que tiene el cliente.

Sin embargo, una de las implicaciones más importantes de la diferencia entre ser freelancer y un trabajador remoto es realmente cuál es tu trabajo.

Aunque parezca raro, la principal habilidad que un freelancer debe de desarrollar no es aquella por la que lo están contratando. Es la de ponerle precio a sus contribuciones y, aún más importante, la de cobrar.

Aprendiendo a valorar y cobrar por tu trabajo

Un error común que todos cometemos nuestras primeras veces haciendo freelancing es creer que todo va a salir bien. Que entendimos la idea del cliente, y que nos aceptará nuestras soluciones sin ediciones.

Pensamos que la transacción concluirá en tiempo y forma. Cuando la realidad es que cuando tomamos un proyecto de freelancing, es casi seguro que durante la marcha saldrán imprevistos que alterarán el costo, tiempo, o complejidad del proyecto.

Teniendo esto en cuenta, ¿cómo abordar la creación de un presupuesto de un trabajo, en tiempo y dinero?

Recientemente alguien me preguntó esto por correo electrónico. Esta persona acababa de tener su primera experiencia con un proyecto que no salió como esperaba.

¿Qué posibles soluciones u opciones darle al cliente para que salgamos en buenos tratos? Por último, supongo que es casi imposible no caer en este tipo de situaciones, pero ¿habrá una manera de disminuir el riesgo a que sucedan?

La diferencia entre el trabajo remoto y el freelancing es que, en realidad, el trabajo del freelancer es dominar el arte de realizar estimaciones y cobrarle al cliente.

Para bien o para mal, vas a tener que lidiar con muchos proyectos y clientes antes de que te conozcas lo suficiente como para determinar cuál es tu punto justo en cuanto a estimaciones. Desafortunadamente, esta es una habilidad que no puedes aprender en un libro, o experimentar en cabeza ajena. Vas a tener que hacerlo muchas veces hasta que entiendas cuáles son tus límites.

¿Cómo estimar proyectos para clientes?

No hay una solución definitiva para este problema. Por naturaleza, cuando tomas un proyecto nuevo no sabrás con qué te vas a encontrar. Así que, más que pensar en una solución particular para este problema, propongo pensar en términos de un marco de trabajo que puedas usar para lidiar con estas situaciones.

El marco de trabajo que más me ha funcionado, en particular, es el de “ser eficiente comunicando”. Sobrecomunica. No te esperes a la fecha de entrega para avisar que algo no va a estar listo. Da todos los detalles en cuanto los tengas disponibles.

Maneja las expectativas de manera correcta.

Esto te hará parecer mucho más profesional con tus clientes, y te ayudará a ganar una reputación que en el futuro te dará una ventaja competitiva sobre otros contratistas.

Ganando experiencia

Algo que le digo a las personas que trabajan conmigo es “enfócate en el proceso, no en los resultados”. Trabajar en modalidad de freelancing es complejo, y no es para todos. Pero puede ser bastante redituable para aquellas personas que saben cómo navegar sus altibajos. Enfocarte en el proceso, y no en el resultado de un proyecto en particular, te ayudará a aprender más sobre tu práctica, y cómo le puedes sacar más provecho.

En este artículo, Curtis Hebert comparte su experiencia con un freelancer novato. Leerlo te puede ayudar a comprender cómo se ve todo desde el otro lado de la mesa.

Después de todo, si no costara trabajo, la experiencia no se ganaría.